¿Qué es lo más indispensable para ti como padre? La mayoría de las personas responderían automáticamente: "El amor", y tendrían razón, desde luego. Pero a continuación habría que formular una pregunta más profunda: "¿De dónde sale el amor?". El vínculo del amor no basta por sí mismo, pues se debilita y a veces se rompe. Todos criamos a nuestros hijos en virtud de lo que llamamos amor, pero los jóvenes de hoy día no dejan de encontrarse con problemas horrendos.
Hay una cosa más profunda que el amor, más indispensable: la inocencia. La inocencia es la fuente del amor. La inocencia, tal como yo la defino aquí, no es ingenuidad. Muy al contrario. La inocencia es apertura.
La inocencia es saber que puedes guiar a los niños, pero nunca controlarlos. Debes estar abierto a la persona que hay dentro de cada niño, a una persona que es lógico que sea diferente de ti. La inocencia te permite aceptar esta realidad con paz en el corazón.
La inocencia es saber que la vida nunca es fija. Tus niños habrán de seguir rumbos que tú no puedes predecir, habrán de hacer cosas que tú no harías nunca. La incertidumbre es una premisa, pues la vida no es más que cambio. La inocencia te permite aceptar esto: dejarás tu necesidad de hacer que tus hijos se ciñan a tus conceptos preconcebidos.