Unidad


Unidad es la comunión perfecta entre vuestro interior, el Corazón y vuestro exterior, el Mundo…
entre el vosotros ordinario y el vosotros divino. No es una búsqueda que os lleve hasta estrellas lejanas, sino una mirada hacia la intimidad de vuestra misma casa: dentro de vuestro cuerpo material donde late la chispa que os dio la vida. Al fin y al cabo se trata, más que nada… de recordar.

Recordar quiénes sois. Desprenderos de los aspectos de vosotros mismos que os lo impiden. Hacedlo como cuando sacáis las hojas muertas de vuestro jardín, para dejar que respire la hierba que ya se estremece bajo el aliento de la primavera que llega.

Cuando os abrís a vuestro sentir y abandonáis las elucubraciones de vuestros pensamientos ordinarios, vosotros y el otro, vosotros y el mundo sois uno: una unidad viva y pulsante, en comunión con todos los seres, hermanos y hermanas los unos de los otros. En este sentimiento el sentido del yo ordinario que os frena y os separa de vosotros mismos queda superado, y vuestra alma se dilata hasta abrazar todas las cosas y las criaturas, que a su vez la abrazan. Cada vez que dudáis os alejáis de ella, sintiendo así sufrimiento, presas de una separación que nunca se ha producido fuera de vuestra mente.

Vosotros que habéis salido del Corazón mismo de Dios y que estáis hechos de su sustancia de Amor, ¿cómo podéis seguir dudando? ¿Cómo puede Dios separarse de sí mismo? ¿Acaso pueden los dedos de vuestras manos sentirse separados de los brazos y del resto del cuerpo? La chispa en vuestro corazón es como la forma de un ciprés, parecida a una llama que sube hacia el cielo, cuyas hojas no caen ni amarillean. Una chispa que solo espera que la avivéis para liberar la llama de vuestra Luz interior, hacia un Cielo que es vuestro mismo Espíritu.

Tiziana Mattera. Los espíritus de los árboles sanadores.