Recientemente se ha publicado en la revista digital Yoga en Red una entrevista realizada a Nuria sobre el trabajo que viene desarrollando en sus clases de yoga.
En ella podréis notar el sentido que le da a su trabajo de apertura de consciencia y cuidado de toda la etapa de crianza desde el Yoga.
Os la recomiendo especialmente si queréis conocer cómo trabaja: notaréis la sensibilidad y dulzura que reparte.
Entrevista con Nuria Montero: “Los niños nacen con valiosos aprendizajes para todos”
No hay oficio que respete más que el de educador, y los más importantes profesores para mí son los de infantil… Yo siempre me he buscado a los alumnos creciditos, para que no se me suban a las barbas. Así me encontré con Nuria y descubrí la primera línea de batalla del Cambio Global: el yoga prenatal, postnatal y de familia. Entrevista Roberto Rodríguez Nogueira para Yoga en Red.
Nuria Montero es delgada, desenvuelta, brillante y humilde, pero sobre todo
es interesante, misteriosa y divertida. No puedes cansarte de ella, tal vez por
eso da yoga a embriones, bebés, niños, mamás y papás… Una vez que la conoces no
la sueltas. Es una centella silenciosa. Su energía está ayudando en primera
línea de la Paz. Y trabaja sin red. El presente es súbito, nunca preparado.
…Y canta como un ángel. Cuando canta, el aire te abraza la memoria abriendo
paso a un aroma esencial que habías olvidado.
Por lo que te he oído decir, los bebés vienen cada vez con más
aplicaciones, como los móviles…
Si evolucionan todos los aparatos
que nos rodean y los hacemos más y más sofisticados, ¿cómo no va a hacerlo el
ser humano Genéticamente no puede ser de otro modo, ya son muchos los que hablan
de un ADN más “despierto” o activo en las nuevas generaciones.
Cuando miro a los bebés y a los niños les veo en general más despiertos, con
más “aplicaciones” como dices tú; lo dicen sus ojos y su forma de expresarse.
Porque el nivel de consciencia de la humanidad ha aumentado, ellos también
vienen con más consciencia. Porque la vibración que se mueve en estos tiempos es
alta, ellos vibran más alto: pueden conectar con su ser interno con más
facilidad y sus capacidades de percepción están más desarrolladas. Nacen trayendo consigo valiosos aprendizajes
para sus padres y para todos nosotros. Deberíamos de escuchar a los niños con más
atención y observar qué está sucediendo a nuestro alrededor. Algunos
vienen a pacificar, otros vienen a romper estructuras. Pero en eso que han
venido a hacer necesitan amor y apoyo, pues no dejan de ser niños, y si nos
empeñamos en encarrilarles por vías estrechas y rígidas o no tienen ese apoyo
que necesitan, se pierden por caminos de más largo recorrido o más dolorosos,
para ellos y para los padres.
¿Qué te estremece en ese templo de acogida que son tus
clases?
Me sigue emocionando muy adentro cada persona que entra: las
embarazadas, buscando sujeción en su experiencia vital, con la mirada brillante
de la esperanza y los temores juntos; sus parejas, deseando ayudarlas sin saber
muy bien cómo; las mamás puérperas, pura valentía, así se desarmen en clase o
decidan mostrarse del todo capaces; las miradas de los bebés; el esfuerzo de los
padres por criar bien a sus hijos; la verdad aplastante que llevan los niños
consigo… Todos ellos buscan algo
profundo o alguna pista que les devuelva a cierta paz… todos ellos me
estremecen y me hacen entrar en un espacio sagrado que les dedico en cada clase,
pues en esa mirada, valentía, esfuerzo, verdad… me hacen de espejo, aprendo y
descubro con ellos.
¿Quién necesita más yoga, ¿los niños o los papás y
mamás?
Hmmm… es difícil saberlo. Los papás y mamás llevamos mucha
prisa y exigencia… Necesitamos reconectar con nuestro niño interno y dejarle
libre; es el que sabe estirar el cuerpo y disfrutar del momento. Necesitamos
recordar, pero con el corazón. Los niños necesitan no olvidar lo que traen
consigo, expandirse; sencillamente, ser. El yoga es una herramienta de toma de
consciencia para cualquiera de ellos. Con las familias, esto se hace a través
del juego, y a veces es pura magia, porque es así como, sin querer, se nos
quedan cosas bonitas grabadas por todo el cuerpo. Es probable que no lo veamos
en el momento, sino más adelante… el proceso es sutil y no sabe de tiempo, no se puede tener prisa ni buscar resultados
como lo hacemos normalmente.
Algunos padres llegan a la primera clase con esa ansiedad de quien no sabe
qué hacer ya con su hijo y me dicen eso de “a ver si me lo calmas un poco
porque…”. Les comprendo, no es fácil, nada fácil a veces. Pero si ellos se
quedan en clase con sus hijos se van dando cuenta de que el yoga no es lo que
creían, no es “para que el niño se calme”. Resulta que también los padres han de respirar y
abandonarse, y tal vez dejar, durante el tiempo que dura la clase, que su
hijo corra, salte y “pase” de lo que hacemos si es preciso, mientras ellos
“pasan de su hijo” y se centran en respirar y en jugar con alegría. Por lo
general el hijo no pasa de lo que hacemos; está escuchando (más aún si sus
padres están tranquilos), se está quedando con cosas, y quizá en el momento más
insospechado entre a jugar con nosotros.
¿Hay hombres ahí, o los buscas con ouija?
¡Jajaja! Hay
hombres. No muchos, pero alguno llega; yo pienso que en un futuro irán llegando
más. No los busco, recuerdo a las mamás que se cobra por “unidad familiar”, y
que lo aprovechen si pueden. A veces se animan los futuros padres, deseosos de
poder ayudar a su mujer embarazada; es muy bonito verles y ver la burbuja que
crean cuando trabajan juntos, se mueve una energía muy vibrante. Las mamás
puérperas suelen venir solas, hay más jaleo en casa en estos primeros meses, se
está recomponiendo todo… Los horarios de clase también son más tempranos y ellos
trabajan. En las familias tal vez es donde más padres veo, ¡y hasta se animan a
bailar! Alguno me ha ayudado tocando la guitarra mientras cantábamos un
mantra…
Energía masculina en el embarazo, parto y después.
Bueno…
esto daría para escribir un libro. A ver si alguien se anima… La energía
masculina tiene que ver con la racionalidad, la fuerza, el valor, lo práctico,
el poder personal, la acción… Durante estos procesos vitales que comienzan en el
embarazo la energía yang queda relegada en la mujer, pues no es la que más
necesita a nivel interno; su cuerpo le
pide volver la atención al interior e ir parando la actividad externa.
Pero esto no significa que no necesite yang para seguir sosteniendo una danza y
un equilibrio vital.
Normalmente es la pareja la que aporta este equilibrio, ya sea hombre o
mujer. Si no existe pareja, es fundamental que una o varias personas se
encarguen de asistir a la mujer desde esta energía masculina. ¿La propia
embarazada y después madre también puede ejercer esta función consigo misma?
Bueno, en ella como en todos existe la danza de las dos energías, pero se va a
inundar de “yin” en el embarazo y en el puerperio porque necesita esta energía a
tope, que tiene que ver con la capacidad de amar, la sensibilidad, la
emocionalidad, la intuición, la ternura, la generosidad, la capacidad de
perdonar… Esta prioridad interna va a dificultar que ejerza y active
equilibradamente a la otra parte, la masculina.
A menudo relegamos a las parejas a un segundo plano muy desdibujado desde que
se sabe del embarazo que viven ambos, y éstas acaban sintiéndose descolocadas y
sin saber muy bien qué hacer. Pero son fundamentales para hacer equipo y aportar
precisamente este yang cuando la madre se inunda de yin: aportar la iniciativa y la acción,
transmitirle fuerza cuando ella siente miedo, ayudarla a tomar decisiones
prácticas, sostenerla cuando las emociones la desborden, protegerla de cualquier
“invasión” hacia su parte sensible e intuitiva… Por ejemplo, durante el
parto, más que nunca, el padre o acompañante consciente protege para que dejen a
la mujer tranquila con su instinto y su intuición; está con ella, la sostiene.
Es precioso, ¿verdad? En el puerperio sigue pasando un poco lo mismo, pero
además hay que hacer un montón de cosas a las que la madre no llega; hay que
llevar una organización que debe hacer otra persona, no ella. Hay que encargarse
de que el hospital o la casa no se llene de gente que no ayuda… Todo eso es energía yang en acción.
Ahí está el equipo, el equilibrio, la consciencia de que el padre o acompañante
no sobra, no hace poco, sino todo lo contrario.
Cuéntame algo del mundo que construyes en 20 años y en
200.
En 20 años… ya son muchas las mujeres que han sanado parte de
la memoria cultural y educacional en lo referente a sí mismas. Por tanto tienen
más consciencia de sus ciclos y viven su embarazo con más libertad y menos
temor. Los protocolos de los hospitales referentes al parto van cambiando, se
considera el acompañamiento emocional a la embarazada, van surgiendo más casas
de nacimiento y otros lugares equipados para dar a luz como la mujer lo
considere. El trabajo de las doulas es conocido y reconocido. Se van creando
redes en donde los padres podemos sentirnos apoyados en varias vertientes. Están
surgiendo otros modelos de educación; se crean Escuelas de Educación Libre en
varias ciudades que son aceptados y cada vez más demandados. Se incorpora el
yoga u otras técnicas de atención plena y meditación en los colegios…
Entre medias van cayendo estructuras obsoletas de uno u otro modo. Llegará un
momento en que no se sostengan más.
En 200 años… el grado de ascensión
de la humanidad es patente. Como se está viviendo conectado con el
corazón, todo lo escrito anteriormente es un hecho. El miedo ha retrocedido,
hemos comprendido la luz que habita en nosotros y nos conecta con aquello que
Es. Nosotros no lo veremos pero somos adalides de esta ascensión y ya comenzamos
a vivirla; nuestros hijos verán algo más, y sus hijos tal vez hablen por
telepatía.
“Me siento, me centro, me concentro”.
Los niños se lo
saben de memoria… me lo enseñó una educadora fantástica y compruebo que les
viene muy bien. Lo recitan mientras hacen un gesto para cada expresión. Estas palabras acompañadas del gesto mueven
una energía que les ayuda a focalizar su atención. Equivale a decir que
ponen los pies en la tierra, se equilibran y entran en su espacio. Los de dos
años dicen: “me sento, me pongo en mi sshitio, y ¡a lo mío!”.
¿Por qué el canto en tus clases?
Porque es sanador. En
clase todos respiran profundo, se estiran y trabajan el cuerpo, hay tiempo para
relajarse y para alguna clave más… una de ellas es el canto. Las embarazadas
aprenden a dirigir la voz para liberar el diafragma y entrar dentro de sí
mismas. Con los niños cantamos, por ejemplo, el Saludo al Sol y el Saludo a la
Luna; es mucho más divertido, les facilita la atención y el seguir la secuencia
de movimientos. A los bebés y a sus mamás a veces les canto en la relajación,
conecto con ellos y me dejo llevar. Y en todos los grupos, en ocasiones cantamos
un mantra, porque generan en nuestro interior una energía poderosa.
No sabemos el potencial liberador
que existe cuando usamos la voz para cantar y lo hacemos correctamente y con
atención, dejando que el sonido salga de las profundidades y resuene en nuestras
cavidades más recónditas. Cuando dejo que mi voz salga así, sobre todo
los bebés y los niños lo reconocen y, al igual que los adultos, conectan con esa
parte elevada de sí mismos… Es toda una experiencia.
“Alégrame el día”: Una imagen bella que haya sido sólo para tus ojos
y deseas que veamos.
Veinticinco niños sentados, colocados en su eje
energético, escuchando el sonido del mar mientras respiran profundo, calmado…
Unos con ojos cerrados, otros abiertos, pero conectados con el sonido externo y
el interno. La pera limonera…
Muy Buena entrevista,
ResponderEliminarGracias por tu comentario,
EliminarNamaste :-)